Italia, 1900. Ágata es una joven madre devota y obstinada, que se niega a que su bebé, muerto al nacer, sea condenado al limbo cristiano. Mientras su pueblo le da la espalda, ella seguirá la leyenda de que existe un lugar en las montañas donde su hijo puede ser bautizado. Entre lagos, caminos, bosques y brumas, seguirá la estela de un pequeño milagro.