Esta es la historia de un gran actor de cine de horror. Conrad Ragzoff interpreó durante muchos años, múltiples personajes malditos. Su tremenda personalidad y ambición poco a poco le llevó a convertirse en un ser vanidoso que acumuló una gran fortuna. Cuando al morir fue a ocupar el gran mausoleo de mármol presidido por una pantalla donde se proyectaría, interpretado por él mismo, su propio elogio fúnebre. Los extraños acontecimientos que siguieron a su muerte y enterramiento, profanado por unos jovenes insensatos, le harán, despues de muerto, llevar a cabo su mas grande y terrorifica interpretación digna solo de Conrad Ragzoff.