En un rincón insospechado de la existencia, donde lo mundano se entrelaza con lo sublime, se celebra un festín singular bajo los auspicios de "Ven a cenar conmigo". A la mesa, un quinteto de comensales dispares despliega una sinfonía de disonancias cósmicas: un cani, emblema de la cultura urbana contemporánea; una vagina gigante, símbolo de la fecundidad primordial y del poder matriarcal ancestral; una divorciada, personificación de las tribulaciones del alma en el torbellino de la modernidad; Keanu Reeves, el héroe metafísico cuyas andanzas transcienden el celuloide; y una bola de IA malvada, que encarna la fría lógica de la tecnología llevada al paroxismo apocalíptico.