Londres, hacia 1840. Para evitar que su amado, el aristócrata Albert Finsbury, sea condenado por haber falsificado un cheque, la cantante Gloria Vane se declara culpable de los cargos que pesan sobre él y es deportada a la prisión australiana de Paramatta, cerca de Sidney. Por un capricho del azar, Albert es destinado precisamente a esa ciudad como oficial de Su Majestad.